¿Por qué la Religión no es necesaria para una vida moral? - elescepticodejalisco



El siguiente, es un ensayo que presenté en mi clase de Ética (recuerden que soy estudiante de filosofía), y ya que es un tema que creo, es de bastante interés general, decidí publicarlo, esperando que les guste. Sugerencias y críticas son bienvenidas.



Tanto entre la sociedad en general, como en el mundo filosófico, la moral se ha querido ver estrechamente relacionada con la religión, lo cual, ha sido evidente desde la época antigua, pasando por el pensamiento cristiano aun dominante.

No existen dudas que desde antes de la Grecia clásica, el sentimiento religioso fue la base e inspiración del comportamiento moral, tanto de individuos como de civilizaciones enteras*1. Lo que se pondrá en duda en el presente escrito es si realmente la creencia religiosa debería de seguir impregnando la conducta y la reflexión moral del mundo moderno, y de si en realidad es necesario profesar una fe religiosa para llevar una vida moralmente buena. Revisaremos además algunos de los argumentos a favor de esta idea y su refutación respectiva.

El lugar de la religión en el mundo actual.

Hace milenios, el ser humano, carente de conocimientos y sumergido en los misterios del universo, trató más de una vez el poder encontrar una explicación satisfactoria sobre el mundo en el que vivía. El hombre primitivo comenzó a especular sobre su origen y el origen de todo. Bajo esta especulación, en algún momento se dio por sentado que todo lo que el ser humano observaba era producto de la creación de seres poderosos. Esos seres, con el tiempo, fueron nombrados dioses.

La intervención de una divinidad podía explicar el por qué llovía, por qué un volcán entraba en erupción, por qué las plantas crecían, por qué los bebes nacían o por qué los miembros de la tribu morían. La vida y la muerte podían ser explicadas de forma satisfactoria mencionando el nombre de alguna deidad dedicada a hacer un trabajo específico en el Cosmos. La idea, en principio politeísta, de una intervención divina, se mantuvo por siglos.

Sin embargo, paralelo a la diversidad del culto religioso, el ser humano dejó de satisfacerse con la respuesta “dios lo hizo” y volvía a preguntarse “cómo y por qué se hizo”. De este modo surgió la filosofía y posteriormente, la ciencia. Con el paso del tiempo, el ser humano fue capaz de aprender de la observación, el análisis, la duda, la crítica, el debate, el ensayo y el error. Se dio cuenta que los misterios que tanto le angustiaron (y atemorizaron) podían ser entendidos y explicados por medio de causas naturales. Así, las leyes de la naturaleza comenzaron a dar una visión elegante, probable y certera del universo. Los mecanismos mediante los cuales se crea una vida por la concepción o los ciclos del agua comenzaron a ser entendidos, desplazando de este modo la explicación sobrenatural de los dioses.

Conforme la ciencia avanzó (siempre que pudo), la religión y la teología eran cada vez mas relegadas del gran debate sobre el universo y su actuar. Los últimos siglos del pensamiento humano, darían grandes revoluciones al entendimiento del mundo*2.

El primer gran golpe al orgullo de la humanidad y la concepción teológica del mundo, fue el descubrir que el planeta no era plano, que existían otros “mundos” al otro lado y que se podía viajar todo este mundo esférico recién “descubierto”; el segundo gran golpe vino de la revolución copernicana, cuando Copérnico, Kepler y Galileo demostraron de forma contundente e irrefutable que la Tierra no era el centro del universo, sino un punto sin nada importante girando alrededor del sol; el ultimo gran golpe a la concepción teológica surgió del pensamiento post-ilustrado del siglo XIX, cuando después de décadas de estudio naturalista, Alfred Wallace y Charles Darwin demostraban que el hombre no era la máxima creación de un dios todopoderoso, sino que era un animal mas entre millones de especies en continua evolución mediante selección natural.


La física y la biología pues, se encargaron de desterrar a la religión como explicación o alternativa racional sobre el universo; la medicina y la fisiología se ocuparon de dar golpes adicionales al descubrir los mecanismos biológicos y químicos del cuerpo, sin recurrir en ningún momento a la idea de un alma, como mecanismo del funcionamiento y el pensamiento.
La ciencia nos puso cara a cara con los misterios mas profundos con preguntas que antes eran tratadas solo por la religión y el mito.*3 La diferencia de tratar estas preguntas desde una perspectiva escéptica y científica, es que las respuestas ofrecidas son demostradas, falseadas y públicamente verificables.

La religión había perdido su poderío tanto intelectual, ideológico y político a causa de su estancamiento en mitos y dogmas antiguos, imposibles de verificar o refutar.
Sin embargo, en el siglo XXI, la teología y la religión encontraron refugio en una de las cuestiones sociales más importante para cada uno de nosotros: la ética y la moral. Las decisiones morales, al ser totalmente ajenas a la ciencia, son dictadas en la gran mayoría de la humanidad, por parte de teólogos, apologistas, pastores, rabinos y demás autoridades religiosas, vistas como la máxima fuente de sabiduría moral en una sociedad llena de problemas morales.*4

Aunque la gente suele creer que sin religión o sin temor a un ser superior, la civilización no podría existir, ya que todos harían lo que quisieran, incluso las peores manifestaciones de amoralidad. Por tanto, la humanidad tiene que creer en dios, importando muy poco la cuestión de si podemos o no demostrar la existencia de algún dios en específico. Sin embargo, existen razones de peso para pensar de manera contraria.

Razones para no creer en la unión de la religión y la moral

Los principales defensores de la idea de la moral basada en la fe en el mundo occidental, los apologistas cristianos, abogan principalmente por el siguiente argumento:

1. Si Dios no existe, los valores morales objetivos y las obligaciones no existen.
2. Los valores morales objetivos y obligaciones existen.
3. Por lo tanto, Dios existe.*5

El anterior argumento no solo brinda una razón –aparentemente- solida sobre por qué la moral debe estar estrechamente conectada a la fe religiosa, sino que además intenta brindar una prueba argumentada de la existencia de dios.

Sin embargo el argumento es bastante ambiguo e ignora grandes inconvenientes. Los siguientes son los problemas principales con el argumento moral de la existencia de dios:

1* ¿Dios es en verdad bueno?
2*¿Existen realmente los valores morales y obligaciones objetivos?
3*¿Cuál dios es la base de los valores morales y obligaciones objetivos?

Describamos de manera breve los tres problemas.

v  ¿Dios es en verdad bueno?

¿Qué tipo de dios permite escenas así de crueles en su "creación"?


El primero es el más crítico con respecto a la teología, pues cuestiona una de las propiedades de la deidad por definición: el amor y la bondad de dios. Los apologistas, suelen asegurar que el universo se encuentra regido por un mandato divino, en el que dios dio a toda su creación un fin o un objetivo. Concentrándonos en la humanidad, dios tiene –de acuerdo a esto- un propósito para todo ser humano. Los seres humanos como máxima expresión de la creación, tienen un propósito por definición. Sin embargo, esta idea del mandato divino es refutada por la realidad y la evidencia empírica.

En algún lugar del mundo un hombre ha secuestrado a una niña. Pronto va a violarla, torturarla y matarla. Si una atrocidad de este tipo no estuviera ocurriendo en este preciso momento, sucederá en unas pocas horas, como máximo unos días. Tanta es la confianza que nos inspiran las leyes estadísticas que gobiernan las vidas de 7 mil millones de seres humanos. Las mismas estadísticas también sugieren que los padres de esta niña creen que en este preciso momento un Dios todopoderoso y amoroso cuida de ellos y su familia. ¿Tienen derecho a creer esto? ¿Es bueno que crean esto?*6 No desde cualquier perspectiva racional. ¿Cómo es posible que un dios que es bondadoso y omnisapiente a la vez, permita las calamidades y crímenes que suceden en el mundo real?

Expliquemos el argumento: Dios lo supo, lo sabe y lo sabrá todo por que él es omnisapiente. Pero además, dios es todo bondad e infinitamente amoroso. Él ama a su creación. Sin embargo, a pesar de haber visto, antes de la propia creación del universo, que el ser humano estaría sumido en crisis, guerras, epidemias, hambrunas, genocidios… decidió que todo quedaría tal y como está hoy en día. En la actualidad, alrededor de 20 millones de niños mueren de hambre cada año; un niño muere de hambre cada 5 minutos. La mayoría de los padres de esos niños, podemos asegurar con alto grado de certeza que rezan con fervor a algún tipo específico de dios para que se apiade de su situación y cumpla un milagro. Sin embargo, las suplicas mas desesperadas no son respondidas por nadie en el cielo.

 Un apologista podría argumentar que las razones por las que dios no responde a las oraciones es por que la mayoría de esas personas rezan a un dios equivocado o es quizás, una prueba de fe.

Cualquiera de las dos opciones terminaría refutando la supuesta moralidad bondadosa de dios, por que, siendo todo bondad ¿es incapaz de apiadarse de niños inocentes solo por que sus padres nacieron y crecieron en una tierra donde ese dios no les fue adoctrinados de niños? ¿No permitió dios desde la creación, que se dieran las condiciones para que esas personas pudieran nacer en un lugar donde su “palabra” no fue enseñada antes? ¿Y aun así es capaz de castigar a estas personas con la miseria y la hambruna? No podría sostener a partir de estos hechos alguna naturaleza bondadosa.  Si dios es todo bondad ¿por qué permite que inocentes mueran de maneras horribles? Podríamos contestar por que no sabía el devenir del destino, pero si dios no sabía lo que el ser humano haría con su libre albedrio, ¿no contradice esto la idea de que dios es omnisapiente?

De modo que nos vemos obligados a concluir una de tres opciones: o dios no es moralmente bueno o dios no es omnisapiente o no hay un dios que sea el fundamento de la moral (dios entonces, probablemente no existe). Este argumento, conocido como argumento del mal es ampliamente tratado en la obra del periodista Christopher Hitchens, “Dios no es bueno”. Y dios no es bueno por que permite la existencia del mal. Empero, debe notarse que, de aceptar la idea del mal, se acepta también la idea del bien, mas sin embargo, esto no necesariamente significa que el bien sea la naturaleza de dios pues no podemos demostrar tal cosa. Podríamos afirmar, con el mismo sustento, que el mal es propiedad de la naturaleza de dios. Hitchens, al asegurar lo anterior, no quiere decir que en realidad existe dios y que éste es malo, sino que es más racional que la idea de dios sea solo eso, una idea creada por el ser humano y que por tanto no existe mas allá de la mente humana.

v  ¿Existen los valores morales y obligaciones objetivos?

El segundo problema “toma un receso” con respecto a la existencia de dios, para dedicarse a una reflexión mas filosófica que teológica. Se entiende por valores y obligaciones morales objetivas aquellas normas y reglas morales que existen mas allá de la cultura humana, es decir, que sobrepasan al hombre. Desde la perspectiva teológica, los valores morales objetivos existen por que dios es la fuente de dichos valores, y por tanto, son externos a la cultura humana. Por el otro extremo, el relativismo cultural sostiene que los valores culturales no existen pues la moral no es más que una construcción propia de la cultura de una civilización ubicada en un tiempo histórico-político y área geográfica especifica. 

Lo que para nosotros puede ser considerado como valor moral, para otra cultura podría ser un acto de perversión.

Mientras que existen defensores del primer extremo (el extremo teológico), en la actualidad, no existen filósofos tan extremistas como para abogar por un relativismo cultural absoluto.
Podemos deducir que existen cierto tipo de normas y reglas de conducta que han sido consideradas en todas las culturas alrededor de la historia como moralmente correctas. Sin embargo, también podemos observar que la visión ética de cada cultura cambia, incluso en las normas morales en las que sí coinciden. 



De acuerdo a esto, tenemos un fuerte indicativo de que lo correcto e incorrecto puede reducirse a opiniones, pero ¿esto significa que no existe una verdad moral objetiva? No, pues aun suponiendo que  la premisa fuera cierta (no existen códigos morales iguales en las culturas sino que difieren unos de otros incluso en sus semejanzas), concluir que no existen verdades morales objetivas y universales podría ser falso, ya que no se sigue de la premisa*7.

El problema de la objetividad de los valores es tratado hoy en día desde una perspectiva totalmente diferente a las anteriores: la ética basada en la ciencia.*8

Según su principal expositor, el filósofo y neurocientífico Sam Harris, sostiene que del único marco moral del que vale la pena hablar  es aquel en el que, las cosas “moralmente buenas” se traduzcan a aumentos de bienestar para organismos con consciencia. Asegura de este modo que los valores objetivos existen de cierto modo en la propia naturaleza, cuando los organismos conscientes buscan su bienestar y con esto, aseguran su supervivencia y existencia en el marco evolutivo. 

Si aceptamos esta revolucionaria noción de que lo que “debe ser” puede ser determinado por lo que “es” como los hechos científicos, tenemos valores morales objetivos, y estos descansan en la base del bienestar de la especie. Para la especie humana por ejemplo, es más favorable el crear un desarrollo económico sustentable no contaminante, pues de este modo se preservan los ecosistemas de los que no solo dependen los humanos, sino la mayoría de las formas de vida. Por tanto, la contaminación es inmoral. Con esta misma lógica se obtienen respuestas a otras cuestiones morales antes debatidas solo por filósofos y teólogos.

Por tanto, podemos decir –basados en la moral sustentada en la ciencia- que los valores morales objetivos “existen”, pero estos no incluyen a dios ni a la fe religiosa en ningún momento.

v  ¿Cuál dios es la base de los valores morales y obligaciones objetivos?

Regresando a la problemática con la teología, la defensa de la fe se ha topado con una pregunta que hasta el día de hoy no ha podido ser respondida de forma satisfactoria por ningún tipo de religión. Si dios en verdad existe, y este es la fuente de la moral, ¿Cuál de todos los dioses en los que el ser humano ha creído en su historia es el verdadero dios en el que se sustenta la moral?

Es en este punto en el que los teólogos comienzan a discutir entre ellos mismos, apegándose a sus credos personales respectivos. Si preguntamos a un teólogo o un apologista cristiano sobre cuál dios es el verdadero, sin duda nos contestará que el dios cristiano; si hacemos la misma pregunta a un indio (mal llamados hindú) nos contestará seguramente que Brahma, Shiva y Visnú; si pudiéramos preguntarle a un antiguo sacerdote egipcio, este nos respondería, tal vez, que el principal dios verdadero es Ra; un azteca nos respondería, quizás, Tlaloc o Quetzalcóatl.



¿Qué diferencia hay entre la creencia en un dios y otro? En todas las culturas, se suelen reportar las mismas “pruebas” de la presencia del dios personal: intervenciones divinas como milagros; profetas y médiums que tienen contacto directo con el (los) dios(es); uno o mas libros sagrados que revelan las ordenes divinas de dios(es); testimonios de personas que cambiaron su vida de forma positiva cuando creyeron en un tipo especifico de credo; apologistas y teólogos que defienden de forma argumentada su fe… entre otros ejemplos. El problema, es que las evidencias presentadas para la creencia de Thor o Ra, son las mismas presentadas para creer en Jesucristo o en Alá.

No existe una prueba contundente que demuestre que algún dios es más verdadero que otro, de modo que, tanto historiadores y antropólogos llegan a la conclusión de que dios fue hecho a imagen y semejanza del hombre, y no al revés. Los estudiosos de la historia de las religiones podrían equivocarse, pero por el momento, no existe prueba ni razón para pensar que podríamos equivocarnos al no creer en Visnú mas de lo que podríamos pensar en equivocarnos por no creer en un Monstruo de Espagueti Volador*9 creador del universo. Y si esto es así, ¿cómo podríamos fundamentar nuestra forma de actuar en algún credo religioso especifico?

El análisis lógico del principal argumento a favor de la moral basada en la religión, no puede sostener su validez y veracidad ya que carece totalmente de esto. ¿Demuestra esto que dios no existe? Esta no es la cuestión abordada, y la problemática moral no puede demostrar que no hubo un creador, pero si da razones para pensar que, de existir, el dichoso creador jamás interactuó con sus creaciones, por lo que fundamentar nuestro comportamiento y nociones de lo correcto y lo incorrecto es una idea que no tiene sustento.

¿Demostramos que la religión no tiene nada que ver con la moral? Yo no podría concluir tal cosa, pues, muchas personas creen firmemente que si no tuvieran su creencia en dios, su mundo no tendría sentido alguno. Solo verían un universo sin propósitos y una vida obtenida solo por que una célula reproductora llegó mas rápido que miles de otras células reproductoras a un ovulo.

 Para muchas personas, la religión y la fe son fundamentales en su comportamiento y en su noción de lo correcto e incorrecto. Pero el hecho que muchas personas así lo crean no significa que así deba ser necesariamente. Podemos llegar a concluir que la religión no es necesaria para tener un comportamiento moral correcto en una sociedad determinada.

La religión no es necesaria para tener y llevar una vida  moralmente correcta, con valores, normas y obligaciones; las personas que creen lo contrario, piensan que de no existir un máximo juez (y castigador) no habría libertad sino libertinaje. La experiencia nos demuestra lo opuesto, al ver personas sin credos religiosos que son respetuosas, inteligentes, tolerantes, amables… igual que cualquier persona con valores morales y religiosidad. La diferencia, es que un no creyente hace lo que cree es correcto solo por el beneficio tanto personal como colectivo, buscando siempre el bienestar.

Algo que en más de una ocasión parece paradójico, es el rol que ha jugado la creencia religiosa en los males de la historia. Si analizamos la historia, podemos encontrarnos con el hecho que las mayores atrocidades fueron cometidas por personas profundamente religiosas o que decían profesar un credo especifico. Esto no demuestra que un ateo sea mas “bueno” desde el punto de vista moral, sino que creencia religiosa y práctica moral no necesariamente están unidas y el profesar una creencia religiosa no es un indicativo de moralidad.

 Muchas veces, actitudes de intolerancia, irracionalidad y agresión, son motivadas por el credo religioso personal. Ejemplo de ello son los fundamentalistas del Islam, quienes consideran que la voluntad de dios es acabar con los “infieles” del mundo occidental.

En algún momento el premio novel de física de 1979, Steven Weinberg dijo que “…con o sin ella [religión] habría buena gente haciendo cosas buenas, y gente malvada haciendo cosas malas. Pero para que la buena gente haga cosas malas se hace falta religión”. La cita celebre parece resumir los hechos de la historia.

El que las personas que tienen que hacer lo correcto por que alguien los vigila, es cuestión de fe y más en específico de conveniencia, no de razonamiento ni tampoco de escrutinio. Y tener fe solo por que sí, no es nuestro objetivo. Hacer eso, para mi seria inmoral, pues significaría conformarme con no entender el mundo (o por lo menos, no hacer el intento de entenderlo).
Mientras que la filosofía reflexiona y problematiza, y la ciencia sustenta y demuestra, la noción de dios como base tanto de la moral como del sentido del mundo, va perdiendo cada vez mas terreno. Un terreno que solo puede sostenerse mientras no se cuestionen las creencias personales.

Podemos concluir después de esto, que desde una perspectiva escéptica, la religión tampoco tiene cabida como explicación o sustento de la moral. La ética basada en la ciencia parece encontrarse en una controversia que promete cambiar paradigmas, sin embargo, dios no tiene cabida en este nuevo debate.

Articulo extraido de: elescepticodejalisco