Hoy por hoy, se escucha varios casos de sacerdotes pedófilos, abusando de niños y jóvenes, y no escuchamos el castigo que se les otorga por tan vil acción. Y lo más triste, está en aumento por todo el mundo.
Hace aproximadamente un mes, el Papa Francisco, de manera personal, pidió perdón por primera vez por lo que está ocurriendo «Me siento interpelado a hacerme cargo de todo el mal que algunos sacerdotes, bastantes -bastantes en número, no en comparación con la totalidad-, hacerme cargo de pedir perdón del daño que han hecho por los abusos sexuales de los niños». «La Iglesia es consciente de este daño; es un daño personal y moral de ellos, pero hombres de Iglesia. Y no vamos a dar un paso atrás en el tratamiento de estos problemas y a las sanciones que se deben poner. Debemos ser muy fuertes, con los chicos no se juega».
Recientemente se supo que un grupo de sacerdotes chilenos, fueron denunciado por supuestos abusos sexuales a menores.
Claro ejemplo de esta lacra de supuestos discípulos de Dios, fue de una menor chilena que fue una víctima más. La menor inicialmente lo denunció, pero no obtuvo nada, así que opto por arriesgarse y crearse un perfil falso en redes sociales haciéndose pasar por un menor. Un sacerdote picó y le mandó fotos de él desnudo pidiendo sexo, así desenmascaró al monstruo con facha de cura.
No fue la jefatura de la iglesia, el que ha precipitado la expulsión de 14 sacerdotes chilenos por estos abusos a menores, sino un programa televisivo en un reportaje que emitió por la noche Canal 13 de Chile. Frente al escándalo el sacerdote chileno Luis Rubio lo reconoció todo ante las cámaras diciendo: que Fue un error, que lo reconoce, que siente vergüenza horrible, y que no sabe si seguirá como cura.
Lo más terrible fue que El obispo regional, que encabeza el Consejo Nacional para la Prevención de Abusos contra Menores de la Conferencia Episcopal chilena, tenía conocimiento de lo que estaba pasando y de las denuncias, pero no hizo nada en su debido momento y su justificación fue que "no hubo una denuncia formal" y que él "no estudió para ser detective, estudió para ser pastor".
Son años tras años que vienen sucediendo estos abusos sexuales a menores, que la iglesia debe subsanar con algo más que pedir un simple perdón.